No es cuestión de tapar las lágrimas con una sonrisa, fingir estar bien cuando uno bien sabe que no es así. Es cuestión de derramar las lágrimas que sean necesarias frente a los obstáculos que nos pone la vida, APRENDER, llenarnos de fuerza, de ganas de pelearla y levantarse SIEMPRE con el brillo de una SONRISA SINCERA.
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