8 de diciembre de 2011


La de lentes, la pasada de moda, la aburrida, la intelectual, la que prefiere una biblioteca a una discoteca, es con la que vivo yo. La que todos tachan de fea y en el bus nadie le cede el lugar. La que es más que una presea para enseñar.
Jamás será modelo de televisión porque aún no hacen anuncios para el corazón.
Me gusta porque es auténtica y vive sin recetas, de esas que tratan de vestir al amor de etiqueta, he venido a parar con la mujer que no soñé jamás, pero también jamás fui tan felíz. La que ya ni se pinta la boca, defraudada de coquetear, la que es más que una aguja para enhebrar. Si su enemigo aparece acechando el espejo, ella le da una sonrisa y aniquila el complejo.

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