8 de noviembre de 2011
Precisamente hoy que piensas que es el peor día de tu vida, piensa que en tu vida no hubo mejor día para ser mejor. Hoy que todo salió mal y pudo ser peor, cortá las venas al odio y deja que fluya el dolor. Tu mayor temor ya no es morir y es normal, mas que la muerte, temes que la vida siga igual. Que cada cual ocupe un lugar y nada va a cambiar, vuelve a mirar siempre existe un sueño por el cual luchar, mas no has de olvidar que la creación nace de la ambición. No has de olvidar que la destrucción nace de la ambición, que la ambición tiene dos caras que siempre harán que pienses, que el que con poco se conforma es porque poco se merece, que una y mil veces serás víctima de la traición y que al parecer el doble de veces tendrás que pedir perdón. La cuestión es que todos hacemos daño un día, errar es humano y juzgar a otro lo es mas todavía. Cuanto darías porque todo te fuera mejor, no hubiera temor de perdedor y a ganador pasaras; y has de estar maldito si te derrota el dolor, pero bendito sea aquel que sufre por amor. Después del placer de haber pecado, por haber llorado cuando la vida ha golpeado y por las veces que ha golpeado a otros y no te ha importado y es que no has pensado, has pensado solo en ti; y es esa la verdad, humanidad egoísta por naturaleza. Por naturaleza presa de un egocentrismo que crece e incluso a veces no permite que te ames tu mismo. Solo uno mismo puede hallar la paz consigo, hoy le escribo al corazón y limpio su engranaje, porque con el alma sucia no se dan buenos mensajes.
Cuando los ojos se secan porque llora el alma, cuando tu mayor dolor se convierte en arma, cuando la única buena noticia sea que vives, desahógate.
Cuando te hagas la pregunta que nadie responde, cuando ames la vida y ella no te corresponde, cuando hayas perdido todo menos la razón, guarda silencio y deja que hable el corazón. Precisamente hoy que piensas que tu vida no tiene sentido, piensa que el mayor sentido de tu vida será comprender, que mil derrotas no te hacen un ser vencido. Si luchas puedes perder, sino luchas estas perdido. Sumido habrás estado hundido, ahogado en mil enojos que no bajan, ni despejan, dejan lejos de alcance tus ojos; eres reflejo del resentimiento. El odio y el rencor solo hacen daño a quien lo siente, aprende, no eres cobarde cuando con cautela avanzas. Un hombre sin miedos es un hombre sin esperanzas. El humano sin temor no existe. El valiente enfrenta miedos ajenos para ocultar los propios. Somos un gremio de vidas fotocopiadas, cada generación es continuación de la pasada, atada a la supervivencia sin el espíritu limpio; porque en la necesidad comienza el fin de los principios. Aún te preguntas si sirvió de algo hacer bien sin mirar a quien, pues cuando te hizo falta alguien no apareció, la ingratitud mató tu noble afán y no merece la pena, pues cada acción buena es la que te engrandece y te ofrece voluntad por dura que sea la dificultad. No olvides que estar vivo ya es otra oportunidad de cambiar tu realidad, ya sea en La Habana o en Roma, pues todos reímos y sufrimos en el mismo idioma. GUARDA SILENCIO Y DEJA QUE HABLE EL CORAZÓN QUE NO SIEMPRE ES LA CONCIENCIA LA QUE TIENE LA RAZÓN.
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