15 de septiembre de 2011


Cuando no alcanza el amor que ofrecés y peleás una causa perdida, el amor se transforma en herida que no cierra, y que no deja ver. Ceder en la apuesta es tan duro; sin apuro y sin pausa empezás a perder. Gris, el cielo de tus ojos, gris, del cielo dos despojos. Luz que enciende mi desvelo en la noche sin consuelo. Qué ilusa que fui y cómo olvidarte, hoy tengo tus penas y un tango tan gris. Hoy solo queda un recuerdo en mi corazón lerdo y en este tango gris.
Que ilusa que fui, solo por amarte creí que podía ser tu dueña así.

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