11 de agosto de 2011
He seguido tus pasos desde que te has ido, solo tu sombra encontré y es un fantasma que vive conmigo. Me siento como la luna y tu el sol, esperando el eclipse para que tapes mi amargura. Hoy me encuentro perdida, llena de heridas y tu eres mi salida. Llevo esta cruz que me pesa, para calmar mi tristeza. Nunca esperé sufrir tanto, por adentro me ahoga el llanto y siento que ya mi tiempo se terminó en este mundo y que ya no queda nada por que luchar. No tengo ganas, no me resigno a que no estés. Las noches tan largas se me hacen eternas, que son tantas las cosas y el cenicero, si igual los tengo llenos. Es tan amargo el aire que respiro, me aburre la gente y es una culpa el lugar donde vivo. Estoy solo y tengo frío porque no tengo tu cuerpo que era mi único abrigo.
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