12 de abril de 2011


De nuevo me encuentro en mi habitación sola. He escrito muchos textos, contradictorios tal vez. Contradictorios en pensamiento y en palabra. Es decir, lo que se escribe no se dice, se calla, se guarda; tal vez para no herir, para no causar malas impresiones o para que pienses que sos de cierta forma. Lo que trato de escribir, de expresar, es que todos queremos caer bien de cierta forma, de sentirnos libres para atraer a gente libre y que vuele con vos, que sueñe con vos, que tenga lo que a vos te falta y así se logra cierto equilibrio, como el famoso ying y yang. Estoy cansada de la gente que piensa que te conoce y no sabe ni la cuarta parte de las cosas que sentís, esas cosas que te atraviesan el pecho y no te dejan respirar y te sacan el último halo de aliento de tu alma. Esa tranquilidad y felicidad como la charla de un hermano a otro, esa voz dulce, con amor innato, ese que al recordarlo te trae tanta melancolía y regocijo que te hace desbordar una lágrima del brillo negro de tus ojos; esa que nunca mas tendrás, porque la única persona que te lo supo dar ya no está y vos no sabes ni siquiera si fuiste importante para el. Si te recordará en sus viajes por el aire, transparente, colorido por colores suaves y chillones a la vez, esos que al verlos te hacen sentir en la cima del arco iris, y miras para abajo y no hay nada, todo celeste todo para soñar y crear con nuestra imaginación y ser ese pequeño niño que siempre tenemos a flor de piel. Ese que nos invita a sonreír y a creer que no todo está perdido, que hay mas razones para sonreír que para llorar; que hay mas razones para vivir que para morir; que hay mas razones para levantarse que para caer. Todavía siento que está conmigo, protegiéndome, regalándome sus sonrisas, sus charlas, sus juegos, pero por entonces era solo una niña, puede que no se acuerde de mi en sus encuentros con la luz, pero que mas da si los mejores momentos alguna vez recordados de mi memoria fueron con el. Y lo peor de todo, es que te recuerdo y me brota una tristeza, pero con alegría, ya que con solo recordarte siento que estoy viva.

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