8 de abril de 2011
Algunas veces las personas llegan a nuestras vidas y rápidamente nos damos cuenta de que esto pasa por que debe ser así. Para servir un propósito, para enseñar una lección, para descubrir quienes somos en realidad, para enseñarnos lo que deseamos alcanzar. Tu no sabes quienes son estas personas, pero cuando fijas tu ojos en ellos, sabes y comprendes que ellos afectarán tu vida de una manera profunda. Algunas veces te pasan cosas que parecen horribles, dolorosas e injustas, pero entiendes que sin que superes estas cosas nunca hubieras realizado tu potencial, tu fuerza, o el poder de tu corazón. Todo pasa por una razón en la vida. Nada sucede por casualidad o por la suerte. Enfermedades, heridas, el amor, momentos perdidos de grandeza o de pura tonterías, todo ocurre para probar los límites de tu alma. Sin estas pequeñas pruebas la vida sería un camino directo sin rumbo a ningún lugar, plano cómodo y seguro, sin razón. La gente que conoces afectan tu vida, las caídas y los triunfos que experimentas crean la persona que eres. Aún se puede aprender de la malas experiencias. Es mas, quizás sean las mas significativas en nuestras vidas. Si alguien te hiere, te traiciona o rompe tu corazón le das gracias porque te ha enseñado la importancia de perdonar, de la confianza y a tener mas cuidado de a quien le abres tu corazón. Has que cada día cuente y aprecia cada momento, además de aprender de todo lo que puedas aprender, porque quizás mas adelante no tengas la oportunidad de aprender lo que tienes que aprender de este momento. Entabla una conversación con gente que no hayas dialogado nunca, y actualmente escúchalos y presta atención. Permítete enamorarte, liberarte y poner tu vista en un lugar bien alto. Mantén tu cabeza en alto porque tienes todo el derecho a hacerlo. Repítete a ti mismo que eres un individuo magnífico y creelo. Crea tu propia vida, encuéntrala y luego vívela.
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