26 de mayo de 2010


Recuérdame cuando duermes y adivino lo que sueñas, cuando lejos de nuestra cama es a mí en quien piensas. Recuérdame cuando parta y no regrese a nuestra casa, cuando el frío y la tristeza se funden y te abrazan. Recuérdame cuando mires a los ojos del pasado, cuando ya no amanezca en tus brazos y que seas invisible para mí. Recuérdame amándote, mirándote a los ojos, atándome a tu vida. Recuérdame amándote, esperándote tranquila sin rencores sin medida; recuerdame que mi alma fue tatuada en tu piel. Recuérdame cuando sientas que tu alma está inquieta.

No hay comentarios: